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VOLUNTARIO

¿QUÉ ME APORTÓ SER VOLUNTARIO?

En primer lugar, me dejó poner los pies en la tierra, ser consciente de que soy una persona, que forma parte de una sociedad en la que existen más personas como yo, necesitadas de amor y de un mínimo de bienestar material; en segundo lugar, me permitió tomar conciencia de que mis actos pueden influir de manera positiva o negativa en mi entorno y en mí mismo, es decir, mi manera de vivir no es indiferente. Ser voluntario ha marcado la diferencia dentro de mi núcleo de relaciones humanas, entre mis amigos y familia. Ser voluntario me ha dado la capacidad de comprometerme con los demás, de tener la gran ambición de crear un mundo mejor, más solidario.

Si lo pensamos de una manera más puntual, el voluntario sin darse cuenta es el que sale más beneficiado de toda su actividad. Hace mucho bien a su alrededor, se da, pero recibe mucho más, aprende, entabla nuevas relaciones más humanas, se enriquece como persona al crecer en valores. Es un proceso interactivo en el que da pero recibe mucho más.

EIN HASHOFET

MEGUIDO, ISRAEL | 2016 - 2017

En el 2016 decidí aventurarme a la vida del campo, abandonar mi zona de confort, mis "lujos" citadinos, mi trabajo, mis amigos y mi familia para sumergirme en la dinámica de un Kibbutz en Israel. Estas son aldeas comunitarias que permiten a cientos de viajeros, especialmente jóvenes de todo el mundo, inmiscuirse en la sociedad israelí, aprender de sus técnicas de trabajo y tecnología, conocer gente y aprender idiomas como el inglés y el hebreo.

Durante este tiempo trabajé como voluntario en la cocina y el comedor del kibbutz, dando apoyo en la preparación y servicio de una gran variedad de alimentos según las instrucciones del Chef y por supuesto, llevando a cabo la limpieza y el mantenimiento de la cocina y despensa.

 

En muchas ocasiones, cuando terminaba mi jornada en la cocina, ayudaba a Flor, una señora muy dulce y salerosa que con ayuda de la comunidad había fundado un pequeño "zoológico" en el kibbutz. En este lugar me encargaba de limpiar y ordenar las zonas de los animales, entre los que podía encontrar  cabras, conejos, serpientes, pavos reales, ponis, gallinas, hámsters, tortugas, gansos, hurones, etc.

Durante este tiempo trabajé como voluntario en la cocina y el comedor del kibbutz, dando apoyo en la preparación y servicio de una gran variedad de alimentos según las instrucciones del Chef y por supuesto, llevando a cabo la limpieza y el mantenimiento de la cocina y despensa.

 

En muchas ocasiones, cuando terminaba mi jornada en la cocina, ayudaba a Flor, una señora muy dulce y salerosa que con ayuda de la comunidad había fundado un pequeño "zoológico" en el kibbutz. En este lugar me encargaba de limpiar y ordenar las zonas de los animales, entre los que podía encontrar  cabras, conejos, serpientes, pavos reales, ponis, gallinas, hámsters, tortugas, gansos, hurones, etc.

LA ESCUELITA

TEL AVIV, ISRAEL | 2017

En el 2017, al finalizar el programa en Ein Hashofet, me mudé a Tel Aviv, donde dediqué mi tiempo libre a trabajar como voluntario en La Escuelita, una organización sin fines de lucro creada en el año 2000 por integrantes de la comunidad latina en Israel, con el fin de otorgar, una respuesta a la pérdida gradual de la lengua y la cultura latina entre los hijos de inmigrantes en Israel.

La Escuelita es una organización educativa y comunitaria conformada por voluntarios latinos e israelíes, que tiene como objetivo básico el de preservar la cultura latina y ofrecer acompañamiento en la integración a la sociedad israelí. A su vez ofrece apoyo escolar y un espacio para la interacción de niños y jóvenes. 

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